Zazpi: el universo creativo que estalla detrás de una vidriera

Muchas son las veces que pasamos por la Galería Creide y vemos a Lucas trabajando, absorto en una pieza de joyería, del otro lado del vidrio. Sin embargo, detrás de lo que uno alcanza a ver, hay un mundo de detalles. Para conocerlos, RSM conversó con el artista, a fin de dar cuenta de todas las aristas que engloba su proyecto. 

Para empezar hay que decir que Lucas viene de familia de artesanos joyeros. Sus padres fundaron la mítica feria de Mataderos, en la provincia de Buenos Aires. “Somos artesanos, hay que decirlo. No es mala palabra, lo que pasa es que el oficio, después de la crisis del 2001, se fue desvirtuando. Cada uno defendió el oficio como pudo.”

“Hace unos meses, cuando vino mi mamá de visita, me trajo un aro que es del segundo par de pendientes que hice en mi vida. Quedó uno solo. En ese aro me vi a mí mismo. Yo digo que nosotros estamos acompañados por nuestros seres: el niño, el adolescente y el adulto, agarrados de la mano. Si nos perdonamos en muchas ocasiones y nos ponemos contentos de llevarlos de la mano, convivimos con ellos. El artista que más puede convivir con su niño interno es el que puede jugar y expresarse con mayor libertad”, cuenta Lucas cuando se le pregunta por sus comienzos. 

Después empezó el período de los experimentos. Lucas se interesó por el fuego y empezó a fundir sus propias piezas: “Yo creía que se podía desarmar y destruir algo, que el fuego podía soldar sin soldadura y crear algo que fuera igualmente hermoso”, explica. A partir de esas creaciones ganó premios en Catalunya, aunque su familia, más ortodoxa, criticaba la técnica: “Donde la gente ve algo roto, yo veo algo hermoso”.

Trabajando con su familia, Lucas se especializó en escaparatismo, algo que puede verse plasmado en la disposición y diseño del local de Zazpi. También estudió restauración: “Para arreglar cualquier pieza tenés que ser bueno, para restaurar hay que ser preciso, teniendo mucho respeto por el trabajo”, explica el artista, dando el ejemplo de un anillo de 130 años en el que estuvo trabajando recientemente y una moneda romana que tuvo la oportunidad de engarzar.

Más tarde, viviendo en San Martín de los Andes, Lucas colaboró en la organización de las primeras ediciones del Trabun: “Una vez fiscalice 340 metaleros de todas partes de Latinoamérica. Ayudé también en la organización de la feria de artesanos. Ahí empecé a trabajar delante de la gente. Creo que esa es mi gran fortaleza. Hay mucho secreto en torno a la profesión pero yo no tengo nada que ocultar. Quiero que me conozcan como un buen artista”. 

La corona de la Virgen de las Nieves de Junín de los Andes, actualmente víctima de robo, fue hecha por sus manos: “La voy a volver a hacer, como regalo. Cuando se pueda circular mejor voy a presentar el proyecto y lo vamos a hacer en conjunto con mi amigo Alejandro Santana, con algunas modificaciones de diseño.”

“Zazpi” significa siete en idioma Vasco. El nombre surgió en Barcelona, cuando Lucas trabajaba allá: “Siete es un número mágico y yo soy metafísico. Ahora cuando nos acerquemos a la mesa de trabajo vas a ver una vela prendida y una imagen que me acompaña desde chiquito. Siempre que está la vela prendida estoy yo”, dice, señalando el espacio. 

Después de trabajar más de 8 años fuera del país, Lucas volvió y se quedó a vivir un año con la comunidad Mapuche. “Aprendí la lengua y ayudaba en el jardín, en el colegio y a recolectar. Aprendí mucho de la montaña también, terminé de conocer la naturaleza”.

Hace dos años, por medio de Fernando, el sacerdote de la Iglesia de San José, a Lucas le llegó la oportunidad de restaurar la corona de María Auxiliadora y del Niño Jesús, piezas de 1890: “Fue muy importante por la energía que traían esas piezas. Me tocó abrirlas, agrandarlas y hacer lo mismo que hicieron en 1890. Este trabajo trajo además la idea de hacer la corona nueva para la virgen”. 

El proyecto necesita el aval de la iglesia y la comunidad: “Estoy pidiendo permiso porque me parece que hay una conjunción que tiene la iglesia de San Martín de los Andes que no hay que olvidar. Es la iglesia de San José, patrono de los artesanos, pero la corona que tiene es española. Creo que hay que hacer una nueva, hecha por una persona local, donde se conjuge, de forma muy delicada, la interculturalidad que hay en nuestra localidad. Es lo que me gustaría dejar a la comunidad”.

Zazpi es un mundo dentro del mundo, un lugar creativo donde se restauran piezas antiguas y se diseñan nuevas, con una impronta propia de autor: “Zazpi soy yo, con mi energía, mis piedras, rompiendo la estructura, creando, ayudando. Es un mundo de transmutación”.

Ubicado en Belgrano 833, a la entrada de la Galería Creide, Zazpi los espera de lunes a viernes de 9 a 13hs y de 16:30 a 20 hs. Los sábados de 10 a 14hs. 

2 Comments on Zazpi: el universo creativo que estalla detrás de una vidriera

  1. Las mejores creaciones!

  2. Hermosa nota,en sus palabras se tramite la pasión por su trabajo. Saludos a Lucas y su familia desde Neuquén capital.

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