De a poco y con extremos cuidados, Lazos reabrirá sus puertas

El espacio atiende a niños y jóvenes con discapacidad, para quienes las terapias resultan fundamentales en su desarrollo psíquico, físico, motriz y emocional.

“Estaremos habilitando solo los espacios terapéuticos 1 a 1, es decir solo encuentros entre el terapeuta y el paciente, no habrá ninguna terapia grupal. Se abrirá en las tardes de lunes, miércoles y viernes y se comenzará solamente con 12 chicos”, cuenta Lucía, musicoterapeuta de Lazos y una de sus referentes.

Lazos brinda acompañamiento para 40 niños y niñas de entre bebés a 20 años que presentan diversos desafíos, por los cuales necesitan diferentes tipos de apoyos. Los profesionales que trabajan con ellos son 25, ya que se aborda al paciente desde múltiples áreas: hay psicólogos, psicopedagogos, terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, acompañantes terapéuticos, psicomotricistas, kinesiólogos, musicoterapeutas, y maestros integradores.

“Desde la Superintendencia de Salud se cataloga como “de riesgo” a todas las personas con discapacidad, ya que muchas cuentan con enfermedades cardíacas o respiratorias, pero no todas las tienen. El lunes vamos a estar arrancando con 12 niños que no tienen riesgo cardíaco, respiratorio ni inmunológico”, remarca Lucía.

“El protocolo que vamos a implementar es muy estricto, y queremos ver cómo se adaptan los niños a todas las medidas. Por eso vamos a estar arrancando primero solo con estos 12 chicos, antes de recibir a más pacientes”.

Son múltiples las medidas que se estarán tomando. Entre ellas, los niños limpiarán sus zapatillas pisando sobre agua con lavandina antes de entrar. Irán por turnos al baño a lavarse manos y cara al baño, de modo de entrar de a uno. Luego entrarán al consultorio, donde el profesional que los atienda usará máscara e higienizará todas las superficies y juguetes entre paciente y paciente.

“Mantendremos la distancia social en todo momento. Eso es algo que venimos anticipando a los chicos, ya que será un gran cambio para ellos no poder saludarnos con un beso y un abrazo. Es un momento para valorar las miradas: una mirada profunda y afectuosa nos permite que, aunque se corte el contacto físico, no se corte el contacto emocional y afectivo”, explica Lucía. “Les estamos mandando fotos con las máscaras para que se vayan preparando a cómo los vamos a recibir”.

Respecto a cómo vienen llevando el aislamiento los niños que asisten a Lazos, Lucía expresa que “depende mucho de cómo lo vengan llevando los padres, algunos la están pasando bomba, y otros no tanto. No es cuestión de culpabilizar a los padres, si no de pensar también en la importancia de, como profesionales, también tener esto en cuenta. Venimos trabajando mucho con las familias, armando una cadena de sostén. Para garantizar la salud del paciente hay que garantizar la salud de la familia”.

“En Lazos siempre trabajamos mucho con las familias. Sabemos que los expertos de los niños son sus padres en realidad, son quienes más los conocen. Lo que hacemos es unir sus saberes con los nuestros para llegar a la mejor versión del niño. Y en esta oportunidad nos tocó continuar con ese trabajo adaptándonos a la virtualidad, y agradecemos mucho esa confianza que nos tuvieron los padres”.

Continuar con las terapias desde sus casas implicó discusiones con las obras sociales: “Muchas no querían sostener las consultas de los chicos, decían que no eran esenciales. Parece que no entienden lo importante que es sostener los vínculos para los niños con discapacidad. La empatía y la confianza es algo que se construye con mucha dedicación y constancia, y si de repente cortás el contacto genera un impacto muy fuerte en la relación, lo sienten como un abandono”.

Gracias a la determinación de los profesionales, las terapias continuaron y los niños pudieron seguir encontrándose con sus terapeutas y también entre compañeros. Aquí el rol de los padres fue importantísimo: “Estamos muy contentos de cómo los padres nos abrieron las puertas de sus casas a través de los celulares y las computadoras, lo que nos permitió seguir trabajando con los chicos de forma virtual. En muchas oportunidades los padres asistieron a sus hijos en los encuentros así podían seguir las consignas, y quedaron muy contentos y agradecidos, se dieron situaciones muy lindas”.

La pandemia puede traer algunos aprendizajes, Lucía dice que “puede ser una oportunidad para educarnos como sociedad en la consciencia social, en aprender a cuidarnos: si yo no me siento bien, o mi hijo está enfermo, tener los recaudos para no contagiar a los demás, no solo con el coronavirus, si no con el resto de las enfermedades. Ojalá esta pandemia nos enseñe eso y lo podamos mantener en el tiempo”.

Respecto a los desafíos que plantea la pandemia en las familias de los chicos con discapcidad, y en la sociedad en general, Lucía dice: “el mayor es la incertidumbre, nada está dado ni es seguro. Para poder hacer frente a esa incertidumbre es muy importante ser flexibles, podernos adaptar a la situación desde la propia seguridad emocional. Y eso tiene que ver con hacerle lugar a lo que nos esté pasando, habilitarnos a sentir y registrar las emociones que tenemos, y poder pedir ayuda si la necesitamos. Creo que respetar lo que nos está pasando nos hará salir mejor parados de esta situación, con una salud integral fortalecida”.

1 Comment on De a poco y con extremos cuidados, Lazos reabrirá sus puertas

  1. Felicitaciones a Lucia y a las y los terapeutas que ayudas a niños, adolescentes y padres y madres a intentar hacer un poco mas felices a nuestros hijos con capacidades diferentes.

Responder a FedericoCancelar respuesta

Descubre más desde Realidad Sanmartinense

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo