Nació el primer niño neuquino gestado por subrogación de vientre

Este pasado miércoles nació Ismael por cesárea alrededor de las 22.45, con 38 semanas de gestación. Se trata del primer caso de gestación por subrogación en la provincia de Neuquén, después de que Marité Cides cumpliera el sueño de tener un hijo para su hermana Tamara y su cuñado Juan Carlos.

“Esto es un gesto de amor de mi hermana hacia mí. Incluso antes de la pérdida de la gordita, ella fue de la idea de llevar a mi hijo en su vientre”, contó Tamara.

Foto: Gentileza

Esto fue gracias a una autorización del Poder Judicial de Neuquén, algo inédito en la provincia, y al amor inmenso de su hermana Marité.

Las hermanas cursaron embarazos al mismo tiempo. Mientras ella perdió a su hija, su hermana tuvo a Benjamín, su sobrino que ahora tiene 6 años. “Tenemos 13 años de casados con mi esposo, de los cuales hace 11 que estamos buscando un hijo. Estos años nos aferramos a mi sobrino, del que somos sus padrinos”, agregó a medios capitalinos.

Tanto su hermana, que es maestra, como ellos, que trabajan en el Ente Provincial de Termas, residen a una cuadra de distancia en Loncopué. Desde allá iniciaron incontables trámites judiciales para poder obtener la autorización de la subrogación de vientre, que lograron en junio del 2019, y el aval del ISSN, la obra social de los empleados provinciales.

El primer procedimiento falló y el segundo, iniciado en octubre pasado, tuvo como resultado a Ismael. Contó que los nombres los eligieron con su hermana, no por nada llevó a su sobrino en su vientre durante nueve meses. Tamara cuenta que el nombre Ricardo lo eligió Marité en honor al doctor Ricardo Cáceres, que los alentó y les dio esperanzas, y a Ricardo Durango, quien fue el obstetra.

“A Ismael lo elegí yo por su significado que es `Dios escucha’. Siempre fuimos creyentes, desde chiquitas. Como católicas que somos nunca perdimos la fe” explicó.

Este embarazo por vientre subrogado es el primero en la provincia de Neuquén y el número 22 en toda la Argentina. El bebé será inscripto con el nombre de los padres, que aportaron el óvulo y el espermatozoide.

Ante la falta de clínicas especializadas en Loncopué, los tres se instalaron en Neuquén durante la semana 37 de embarazo, con el objetivo de esperar el nacimiento del bebé más cerca de médicos y centros de salud de alta complejidad.

Si bien la obra social de la provincia cubría todo el tratamiento, cada intento implicaba un gran desgaste para Tamara, la futura mamá. Por eso, la expectativa fue muy grande en la segunda prueba, que terminó siendo exitosa.

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