Casas Contadas – capítulo 15: la peculiar historia de amor de una pareja sanmartinense y una familia con más de cien años de historia

En esta nueva parada del recorrido por antiguas casas de nuestro pueblo, nos detenemos en una esquina muy llamativa, en la intersección de las calles Perito Moreno y Coronel Pérez. Construida en 1907, encierra varias generaciones de historias que hoy nos llegan en la voz de Selma Von Puttkamar, viuda de Yamil Obeid.

“Hay muchas cosas que ya no me acuerdo, voy a cumplir 80 años. Pero todo lo que recuerde te lo voy a contar”, me dice Selma, abriendo la puerta de su casa para dejarme entrar. Desde el recibidor nos movemos a través de algunas puertas atravesadas por cortinas hasta llegar a un enorme living con techos de raulí y una hermosa chimenea con madera tallada. El trayecto fue corto pero temo que, de tener que hacerlo sola, no recuerde por donde salir. 

Sentada a la mesa, en una silla tapizada con estampados florales, tengo de frente un modular antiguo de madera que guarda vajilla y retratos: Selma cuando tenía menos de veinte años, Yamil de traje en una reunión, un viaje a oriente y algunas sobrinas. “Ese mueble era de los padres de Yamil”, me dice mi anfitriona, cuando me pesca mirándolo. 

“Esta casa es de 1907. El padre de mi marido vino desde Líbano a Argentina con un primo. Llegaron a San Martín y pusieron un negocio de Ramos Generales por donde está la farmacia de Instituto. Después él vuelve a su país a casarse y tiene que quedarse allá algunos años porque estalla una guerra. Cuando le es posible vuelve, ya con su mujer y cuatro hijos. Yamil tenía 6 años en ese momento. El primo no había mantenido el negocio así que la familia tuvo que empezar de cero”, cuenta Selma de corrido, aunque haciendo memoria en las fechas. 

Foto: Federico Soto

Desde afuera se puede apreciar el revestido en madera de lenga, tanto en las paredes como en las puertas. El detalle del balcón es original, aunque reconstruido, al igual que las ventanas. En uno de los ambientes, la familia tuvo, durante algunos años, un comercio de Ramos Generales. “Yamil fue a la escuela 5, en el edificio antiguo, pero después de la primaria no siguió estudiando. Sus padres murieron jóvenes y se hizo cargo de los hermanos. Tenía un corazón enorme, cualquiera con quien hables te lo va a decir”.

Foto: Federico Soto

Con el paso del tiempo los hermanos fueron tomando diferentes caminos y en esta antigua residencia quedaron viviendo Yamil y Feyes Obeid. “Durante un tiempo mi marido fue policía, hasta 1942. En ese entonces se llamaba Policía de los Territorios. Después entró a trabajar en el Juzgado de Paz y en 1950 lo eligieron presidente de la Comisión de Fomento. Te vas a reír pero fue Yamil quien firmó mi acta de nacimiento”, me dice Selma, y yo sonrío, sí, porque entiendo que estamos a punto de empezar a contar otra historia.

Selma Von Puttkamar nació en 1942. Nieta de Domingo Pio Proto, sus padres eran muy amigos de Yamil, con quien compartían almuerzos en familia, bailes y carnavales. “Mi abuelo vino con la fanfarria del regimiento 3 de caballería. Se radicó en San Martín y se dedicó al campo. Yamil venía siempre los domingos a almorzar, tenía la edad de mis padres y eran muy amigos. Él fue su testigo de casamiento incluso”, cuenta ella, sentada en la cabecera de la mesa, con la mirada brillante de quien observa sus propios recuerdos.

Foto: Federico Soto

En 1973, después de que sus padres fallecieron, Selma viene a vivir al pueblo. “Yo empecé a salir con Yamil en 1972. La cosa fue así: nosotros teníamos hacienda y mi hermano se iba a casar, entonces me dice que vaya a ofrecerle dos novillos a Yamil, que hasta más o menos 1983 tuvo una carnicería en la esquina donde ahora está Tio Paco. Ese día sabés que lo tuve que esperar, porque había cambio de intendente. Fuimos a tomar un café a Pino Azul, que quedaba en la esquina de Tizado, y me dijo que el domingo iría a ver la hacienda”. Selma relata y yo hago acopio de imágenes plagadas de galantería y antigua cotidianidad.

Foto: Federico Soto

Además de la carnicería, Yamil Obeid tenía un bar al lado del cine Amancay, llamado “El Colihue”. “Trabajaba de noche en la confitería y después se levantaba muy temprano para recibir la faena en la carnicería”, aclara Selma, y agrega: “Ese domingo, cuando vino a ver los novillos, trajo una caja de bombones”. Quien da a entender sus intenciones amorosas con golosinas bien ganado tiene el asunto, dice un antiguo refrán, y este caso no es la excepción. Selma y Yamil empiezan a vivir juntos en la antigua casa familiar en 1979 y se casan, finalmente, en 1986. 

Foto: Federico Soto

“En 1987 vino el Padre Fosbery a verlo y a pedido suyo, Yamil donó las tierras para que se construyera el Fasta. Cuando le dijo que era para un colegio no hizo falta más. Todo lo que fuera para educación y para la gente del pueblo le interesaba mucho. También por el mismo tiempo donó el terreno que fue para el Club Hípico, que lleva su nombre. Tenía un corazón enorme, ayudaba a todo el mundo. A mí me ayudó muchísimo”, concluye Selma.

Foto: Federico Soto

Una vez más somos testigos de la gran cantidad de historias y recuerdos que encierran las casas antiguas de nuestro pueblo. Son paredes, techos, detalles tallados, pero también son memorias y corazones. De ahora en más, cuando pase por esta esquina, no solo veré una pintoresca construcción, estaré viendo en ella el rastro de vida de dos generaciones de vecinos sanmartinenses.

4 Comments on Casas Contadas – capítulo 15: la peculiar historia de amor de una pareja sanmartinense y una familia con más de cien años de historia

  1. GABRIELA CARRON WEIS // 14 de agosto de 2021 en 10:58 // Responder

    GRACIAS, UNA HISTORIA MAS QUE NO CONOCIA DE SAN MARTÍN…CIUDAD O PUEBLO DE MONTAÑA DONDE QUIERO PASAR EL RESTO DE MI VIDA , SI PUEDO, ALGÚN DÍA NO MUY LEJANO…..

  2. Linda historia, y hermosa casa

  3. Alberto Luis González // 15 de agosto de 2021 en 13:18 // Responder

    Un gran matrimonio y una buena mujer. Cuidó de nuestro hijo, siendo bebé. Besos y abrazos a Selma. Claudia y Alberto.

  4. hermoso trabajo! me estoy devorando cada historia! Felicitaciones

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