Anina, solo apta para adultos acompañados de sus niños

Por Miguel Krebs – 

Titulo : Anina. Dirección: Alfredo Soderguit. Dirección Artística : Sebastián Aldana. Guión original: Sergio López Suárez. Origen: Coproducción Uruguay Colombia. Año 2013

Parece mentira, teniendo dos países tan cercanos como Chile y Uruguay, ignoremos su industria cinematográfica que si bien es menor que la nuestra, no debemos subestimarla. Esta misma observación la hice en ocasión del estreno de la película ecuatoriana Monos con gallinas, comentando sobre el monopolio de las salas cinematográficas y las distribuidoras que nos imponen visualizar cierto tipo de producciones, porque, mal que nos pese, esto es un negocio.

El cine uruguayo del que los argentinos no tenemos la más mínima información, como todo lo que sucede en el vecino país, tiene una historia reciente. Al que puede considerarse como uno de los pioneros del cine uruguayo es a Juan Carlos Rodríguez Castro que junto a Miguel Castro fundaron el Estudio de Publicidad Cinematográfica donde se impartían clases sobre cine y se filmaba publicidad en 16 mm. Por los años 80 y 90 se recurrió a productoras argentinas en virtud de una mayor demanda de publicidad, tanto es así, que muchas establecieron su base en Montevideo armando sus propios equipos de filmación con la incorporación de técnicos argentinos junto a técnicos uruguayos que provenían mayoritariamente del teatro. Nuevamente el cine publicitario se convirtió en semillero de profesionales que luego continuaron alimentando la incipiente industria cinematográfica uruguaya. Solo dos ejemplos como prueba de ello son las películas El último tren (Corazón de fuego) (2002) con Héctor Alterio, Federico Luppi, Pepe Soriano, Gastón Pauls y dirigida por Diego Arzuaga con la que ganó un Goya de oro a la mejor película Iberoamericana 2003 y Whisky de los directores Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll que se convirtió en una película de culto con 20 premios a nivel mundial entre ellos nuevamente el Premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispana 2004 y de las cuales probablemente el público argentino no tenga noticias.

Toda esta perorata viene a colación por el estreno en el Centro Cultural COTESMA de la

película de Anina que deja de lado los moldes clásicos de la animación de Pixar, DreamWorks Animation o Walt Disney Animation Studios, para emplear una técnica menos sofisticada en movimientos y expresiones poniendo énfasis en lo estético del dibujo y en las voces de cada uno de los personajes. Si bien se trata de una coproducción con Colombia, la animación, arte, el diseño de los personajes y composición digital son totalmente uruguayos y toda la postproducción de sonido e imagen se hicieron en Colombia. La historia es muy simple y seguramente de rápida comprensión y empatía por parte de los niños (y también adultos) con el personaje de Anina que desde lo estético del dibujo se distingue por el color del pelo y la clásica moña más grande y azul que el resto de sus compañeritos. Las voces de todos los personajes son calmas y el uso del tutueo, la simpleza en el diseño del barrio y sus calles la hace muy familiar, permitiendo una rápida identificación con los personajes y su entorno. Más allá de la crítica que un adulto pueda hacer sobre esta joyita de animación uruguaya, lo que prima es la opinión de los niños que son los verdaderos jueces.