Docentes de educación física presentaron una nota al intendente reclamando por el estado de los gimnasios municipales

Después de presentar diversos reclamos durante el primer semestre del año, los docentes de educación física de escuelas medias y primarias, le llevaron al intendente municipal, Carlos Saloniti una nota en la que detallan el estado de los gimnasios municipales, en donde tienen clases los alumnos. La misiva refleja la situación de los establecimientos del municipio que presentan muchas deficiencias edilicias.

En el texto presentado se indica que hace años que hay problemas con las calderas, teniendo que dar clases durante los meses de invierno y casi todo el año en los horarios de la mañana en condiciones de temperatura menores a los 5° centígrados.

Actualmente, no está disponible uno de los gimnasios, el Javier Carriqueo (ubicado Chacra 2) ya que no tiene calefacción desde el inicio de año por problemas en la instalación de gas. Además, se indica que al edificio «se le derrumbaron paredes y ventanas desde gran altura, solo con viento, en el tiempo que lleva construido, haciendo que demos clases con miedo a que se vuelvan a caer». Asimismo, se detalla que el techo tiene varias goteras y con el piso mojado tampoco se puede actividad física.

Docentes de Educación Física presentan la nota en el Palacio Municipal

Con relación al Elio “Chango” Soria, se indica que también tiene varias goteras, una muy grande en una de las áreas de handbol. Las calderas son ruidosas al punto de pasar los 90 decibeles y no se pueden apagar porque si no, luego no encienden. «Esto genera problemas de audición y nos obliga a forzar la voz, más de lo que ya lo hacemos por nuestra profesión» remarcan los docentes.

Mientras tanto, el Salón de Usos Múltiples (SUM) de El Arenal hace 7 años que tiene problemas de calderas, «así que durante todo ese tiempo dimos clases en condiciones de frío extremo en la época invernal» explican en la nota. Además de esto, a partir del año pasado «hay gente viviendo en el albergue, por lo que para sacar el material debíamos muchas veces esquivar colchones y juguetes, más allá de compartir el baño y duchas con gente ajena a las escuelas», detallan y agregan que este año se realizaron adaptaciones, «supuestamente temporarias con lo que perdimos mucho más espacio porque hay más familias alojadas allí de manera casi permanente».

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