Los artistas que pintaron en la zona en los años 30 y 40
Por Ana María de Mena (*)
En los años 40 el pueblo era administrado por las comisiones de fomento integradas por vecinos que debían sortear el aislamiento por falta de caminos y comunicaciones y la lejanía de otros centros poblados.
Sin embargo en esa década se inauguró el Matadero Municipal, nació la Asociación Deportiva Cultural Lácar y se trazaron las primeras pistas de esquí en el cerro Chapelco, además de enseñarse los desplazamientos por ese medio, para superar las contingencias que las grandes nevadas imponían.
En el período llegó el primer contingente de Gendarmería Nacional al pueblo fronterizo y la industria forestal avizoró nuevas perspectivas con la plantación experimental de especies en el Lote 69.
También se inauguró el edificio municipal y allí se trasladó la Biblioteca Popular 9 de Julio, entidad señera en la vida cultural, lo mismo que la apertura del cine impulsada por la sociedad COW (Creide-Obeid-Weber).
Testigo de esos hechos fue Willy Aron Hassler (1923-1995), quien en una breve reseña sobre las artes plásticas sanmartinenses, menciona a varios pintores que estuvieron por aquí. Algunos de ellos son:

Ernesto Riccio (1887-1954)
Nació en La Plata, estudió pintura en la Asociación Estímulo de Bellas Artes y viajó a Europa becado por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires. En 1916 se instaló en España donde frecuentó la Academia de Bellas Artes de Barcelona y la Real Academia de San Fernando en Madrid. Fue retratado por el escultor español Emliano Barral. Visitó Italia y Francia.
En 1931 emprendió un viaje por los lagos del sur argentino y chileno. Se localizaron dos obras suyas; una titulada “Caleufu” y la otra “Lago en la Patagonia”, que debieron realizarse durante esa gira.
Fue docente y obtuvo diversos premios en nuestro país y expuso en Buenos Aires y distintas ciudades del interior.
Considerando sus antecedentes, se dio su nombre a un aula de la Escuela de Bellas Artes de La Plata, institución de la que fue Director. Residió sus últimos años en la localidad de City Bell.
“Sus impresiones y vistas panorámicas del lago Lacar -dice Hassler- síntesis lírica de apreciación inconfundible, manifiesta una autenticidad poco común en el paisaje de cordillera”. Del testimonio de Hassler, se desprende que Riccio fue de los pioneros en reflejar los paisajes lugareños.

José Miguel Guerisoli (1895-1960)
Nació en Buenos Aires, estudió Arquitectura pero abandonó sus estudios para dedicarse a la pintura.
Fue discípulo de Martín Malharro, jurado de concursos, participó en agrupaciones de artistas donde ocupó cargos directivos y divulgó el arte a través de la radiofonía.
Expuso en las galerías Peuser, Van Riel y en la Asociación Estímulo de Bellas Artes. Realizó viajes por distintas provincias en la búsqueda de paisajes para plasmar en sus telas. En uno de ellos seguramente pasó por San Martín de los Andes.
Hassler comenta: “…acaba de concretar en una producción intensa y armoniosa, dentro de un profundo sentido lírico, el secreto de las selvas, la majestad de las nieves eternas y la tersura de los lagos andinos. Su creación responde a la verdad y está realizada sin apartarse en ningún momento de la visión directa de la naturaleza, única y positiva maestra”.
Juan H. Kuenzler
Nació en Buenos Aires en 1873 y era ingeniero. Abandonó la profesión para dedicarse a la pintura. Viajó a Mendoza donde desarrolló una intensa actividad y expuso en las prestigiosas galerías Muller y Witcomb.
Participó en el Salón Nacional de 1941 y luego se radicó en San Carlos de Bariloche. Luego en San Martín de los Andes donde vivió hasta sus últimos años.
José León Pagano lo incluye en su Catálogo de Artistas Plásticos Argentinos.
Seguramente conservan obras suyas familias sanmartinenses. A Don Otto Schroeder, Kuenzler le dedicó su óleo “Laguna Rosales” y su nieta Margarita Schroeder recuerda haber visto una pintura del volcán Lanín, que se ha perdido.
Kuenzler fue un enamorado de bosques, lagos y montañas, según los registros que brindan información. Dice Hassler: “cuyo arte prolijo y fidedigno, ya impregnado de vaga y estática melancolía o bien alborozado por el vivo repentino resplandor de la nieve dorada, le fue llegando cada vez más al corazón de la montaña”.
Hassler también menciona a Juan S. Tapia y, por sus comentarios, es posible deducir que vio en el pueblo algunas obras de esos autores, inspiradas en el paisaje cordillerano.
Invitación
En este intento de rescatar los comienzos del arte que se plasmó en San Martín de los Andes, invitamos desde esta página a escribir a la autora o a Realidad Sanmartinense y aportar imágenes, documentación e información sobre el tema. El propósito es que no se pierdan tales testimonios del pasado.
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