Guardaparques procesados: “Jurídicamente, es completamente ridículo”, dijo su abogado
Son seis las personas, dos de ellas encargadas de un camping y las restantes guardaparques, que irán a juicio del 30 de octubre al 2 de noviembre por el hecho ocurrido el 1° de enero de 2016, cuando un árbol cayó en el Parque Nacional Lanín y provocó la muerte de Martina Sepúlveda y Matías Mercanti.
A medida que se acerca la fecha del juicio, desde los representantes de los imputados, como así también desde el gremio que nuclea a los Guardaparques, se comenzó una exposición mediática sobre la postura de los mismos.
El abogado Santiago Martínez Winter, contratado por la Administración de Parques Nacionales para la defensa de dos de los Guardaparques (los otros cuentan con letrados particulares), consideró: “Entiendo que es un hecho que se dio dentro de circunstancias naturales, en un área protegida, donde intervienen factores, en algún caso, parcialmente predecibles, en otros totalmente impredecibles”.
“Cuando me refiero a causas naturales, hablo de factores climatológicos, geológicos y lacustres”, señaló, para luego aclarar: “Basándonos en los peritajes que se realizaron, se habla de un árbol añejo, en una propiedad privada, que no estaba al lado de un fogón ni de una oficina ni nada parecido”.
En ese punto, hizo un paréntesis para indicar: “Antes de que las fuerzas federales hicieran la pericia, la fiscal provincial ordenó la destrucción de la prueba fundamental: el árbol. Alegaba que no guardaba ningún tipo de interés para la investigación. Eso nos hace muchísimo ‘ruido’”.
Martínez Winter objetó varias acciones de aquella fiscal. “Ordenó detener a funcionarios públicos nacionales, algo que es improcedente, porque está fuera de su jurisdicción. Debería haberse declarado incompetente y delegado el tema a la Justicia federal”, señaló.
También expuso que, en su momento, “se designó como defensor oficial al marido de la fiscal, algo que es completamente incompatible”.
A raíz de esas y otras cuestiones, el letrado opinó que “el hecho se ha utilizado con algunos fines políticos”, y fundamentó esas palabras expresando que “la tarea de una fiscal, sea provincial o nacional, no es realizar marchas con familiares, sino trabajar en un despacho y llevar adelante una investigación en el caso que le competa”.
Finalmente, el juicio se llevará a cabo en el Tribunal Oral Federal de Neuquén.
Más allá de sus consideraciones sobre el accionar de la Justicia en este tema, el abogado aclaró: “Nos solidarizamos con los familiares. No debe haber nada tan doloroso como la muerte de un hijo”. Igualmente, sostuvo que “parece que hay terceros que quieren sacar provecho de esta situación para verse favorecidos, envalentonando a los familiares”.
“El Parque Nacional Lanín tiene 412 mil hectáreas. Es imposible controlar cada árbol. Estando dentro de un área protegida existen riesgos que hay que asumir desde el momento en que se ingresa. En este caso se cayó un árbol, pero podría ser una picadura de avispa, el ataque de un puma, un resbalón y la caída por un barranco. No se le puede atribuir al personal de la Administración de Parques Nacionales, ni a mis defendidos ni a los otros, ni a ninguna persona física, la responsabilidad de lo que es un suceso natural”, manifestó el letrado.
“Si la Justicia entendiera que un fenómeno natural es responsabilidad humana, habría que cerrar el acceso al público en todos los parques nacionales, porque no se puede garantizar en un cien por ciento la seguridad en un área agreste y salvaje”, añadió.
“Jurídicamente, es completamente ridículo”, advirtió Martínez Winter, quien también afirmó que “un fallo condenatorio sobre los Guardaparques dejaría un precedente a futuro: ante cualquier hecho natural en un parque nacional de Argentina, los Guardaparques serían susceptibles de ser imputados penalmente y posiblemente condenados”.
“¿Quién va a querer ser Guardaparque si, ante la caída de un árbol, puede terminar preso?”, cuestionó.
Estamos de acuerdo que la cronología de la vida de los árboles en un bosque termina con la muerte su caída final. Nadie puede anticipar cuando esto va a suceder. Tampoco queremos que se volteen árboles de nuestros bosques por sospecha de caídas. Salvo casos evidentes, que seguramente están a la vista de cualquiera, no se debe talar preventivamente ningún árbol de nuestros bosques. Entiendo el dolor de aquellos que perdieron sus seres queridos en este episodio aislado, pero no debemos castigar a nuestros guardabosques para satisfacer las ansias de los deudos en búsqueda de culpables o venganza. Eso es ridículo e inaceptable.