¿Por qué es peligroso consumir dióxido de cloro?, ¿previene o no el virus COVID-19?
En las últimas semanas este compuesto químico comenzó a ocupar las pantallas televisivas, los espacios en redes sociales, luego de que en algunos países del mundo lo promocionen como una bebida capaz de combatir al coronavirus, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya manifestado que ingerirlo es muy peligroso.
El compuesto químico es un derivado del clorito de sodio que desde la década de los 90 es promocionado con fines comerciales, como una “solución mineral milagrosa” que supuestamente cura las más diversas enfermedades.
Sin embargo, varias agencias estatales de protección de la salud y especialistas aseguran que es perjudicial y prohíben su uso y su venta al público.
Desde hace unas semanas, mientras la pandemia comenzó a avanzar en América Latina, la imagen de un supuesto científico alemán, Andreas Kalcker, sostuvo que ingerir dióxido de cloro (ClO2) cura el coronavirus. Lo mismo ocurrió en nuestro país en un programa de televisión, una conductora bebió el compuesto al aire, donde manifestó que “oxigena la sangre y viene divino”. Sin embargo, esto es no solamente es falso, sino que su consumo es peligroso para la salud.
Además, no está demostrado que la preparación combata el nuevo coronavirus porque, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “hasta ahora ningún medicamento ha demostrado prevenir o curar esta enfermedad”.
El dióxido de cloro y el clorito sódico reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y, si se ingieren pueden causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemolisis, etc.), cardiovasculares y renales.
Luis Baraldo, doctor en Ciencias Químicas y vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien explicó: “El dióxido de cloro es un oxidante enérgico y poco selectivo. Sirve para atacar al virus en una superficie inerte como una mesada o una pileta, pero en nuestro cuerpo es reactivo frente a las moléculas que constituyen el organismo”.
En ese sentido, Baraldo agregó que no es recomendable su ingesta porque “el dióxido de cloro no va a distinguir entre el virus y nuestros tejidos” sino que “va a reaccionar sin distinguir con muchas moléculas; algunas, del virus, otras, de nuestras vías respiratorias”.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió en la Argentina el uso, la comercialización y la distribución de este producto (ver acá y acá), ya que consideró que por sus aplicaciones “debe ser tratado como un medicamento y no ha sido evaluado ni aprobado” como tal.
El organismo regulador además agregó que su consumo directo, en solución acuosa, puede provocar “dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones”.
El pasado jueves en la provincia de Jujuy un hombre falleció por haber ingerido este compuesto químico. Lo mismo sucedió en Plottier este sábado donde las primeras informaciones oficiales datan de que un menor de 5 años ingresó al hospital sin signos vitales, tras haber consumido dióxido de cloro. De igual modo, en este último caso, resta conocer los resultados de la autopsia.
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