Imperdible del verano: cocina y atardeceres en Wiña, ahí donde nace el lago Meliquina

A solo 5 kilómetros del cruce con la ruta 40, termina el río Hermoso y comienza el lago Meliquina, donde se encuentran unas playas lindísimas, amplias, para disfrutar en familia y con amigos, en un entorno natural único y súper cuidado. Si aún no lo descubriste, te lo recomendamos. Está dentro del Parque Nacional Lanín, en un espacio de uso público, con la cordial atención de Daniel Ferrada, que tiene su propuesta gastronómica allí, en acuerdo con dicha institución.

La foto que abre esta nota es gastronómica, pero bien podría ser una imagen que muestre lo maravilloso del entorno natural en este sector de la cordillera. Sin embargo, el trabajo y la propuesta de Daniel y su gente, hacen una diferencia en la experiencia de visitar un sitio increíble, y se ganó la tapa. Inicialmente, las opciones de comidas son delicadas, de buen gusto y a buen precio. Pero, además, hay dos servicios imperdibles en el lugar: baños químicos e internet. Daniel se encarga también de la limpieza de la zona y de recorrer la costa viendo que no se haga fuego en ningún sector. Y lo hace de manera eficiente.

El ingreso a estas playas está debidamente señalizado, contiene un espacio para estacionar y unas costas amplias y boscosas que permiten encontrar sombra cerca de Wiña, o cruzando el río, un poco más alejado del ingreso a la costa. Las aguas calmas dan la posibilidad de realizar actividades en ellas, como kayakismo o nado, y las vistas a las montañas son increíbles. Cuando cae el sol, la propuesta de reunirse en torno a un fogón y disfrutar del atardecer junto a lago es irresistible.

Vamos a lo importante y a uno de los puntos destacados de esta cobertura: la propuesta gastronómica de Wiña en el medio de la naturaleza. Para las tardes de mate, se puede encontrar allí desde el agua caliente a unos deliciosos brownies, pastafrola o chipá. Y para los almuerzos, cenas o picoteos mientras cae el sol, las opciones son de calidad, caseras y de buen gusto: una clásica pizza a la piedra en sus versiones napolitana, con rúcula o con hongos gírgolas, un sándwich tostado de jamón y queso o su opción veggie, pero también un bife de chorizo a la parrilla, o unas sabrosas brusquetas de hongos, cherrys y parmesano, o de jamón crudo y tomates secos.

En Wiña, allí donde nace el lago Meliquina, por supuesto que se pueden conseguir gaseosas y aguas, así como algunos tragos, por caso campari o gin tonic. Pero vale destacar que la cerveza tirada es de la multipremiada cervecería Nuske, hecha en la ciudad homónima al lago, que esta semana ofrece Daniel en sus variantes, Stout, Scottish, Neipa y American Ipa. Así, a través de una buena birra -enfriada con energía solar- se descubre uno de los productos que distingue a la villa ubicada a pocos kilómetros de estas playas.  

Sin dudas, es el rincón de la cordillera neuquina que recomendamos visitar durante el mes de febrero. Hermoso, amplio y con servicios. Cerca de la ciudad y con apenas 5 kilómetros de ripio. Allí, todos los días estará Daniel, esperándolos para recibirlos, atenderlos, darles algunos consejos y recomendaciones para pasar allí una muy buena jornada. Para los que gustan de las redes sociales, pueden seguirlos en Instagram, donde se los encuentra como @meliquina.w. Un lugar donde la naturaleza la cuidamos entre todos.

Fotos: RSM

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: