¿Cómo se prepara San Martín de los Andes para enfrentar la segunda ola?

Si bien la situación epidemiológica actual en San Martín de los Andes todavía está lejos de valores preocupantes como los que se vivían en el mes de enero, el desarrollo de la segunda ola en algún momento nos comenzará a afectar. Después la reunión de ayer del COEM, el intendente municipal indicó que se están «viendo las medidas para trabajar en conjunto pensando en lo que se nos viene. Seguimos extremando los controles, la prevención y el compromiso de todos. Todos los actores se deben comprometer para ayudarnos a cumplir con las normas de protocolo».

Actualmente, nuestra ciudad tiene valores negativos en los índices que estableció el gobierno nacional para definir la situación de contagio.Tanto la razón como la incidencia, se establecen en base a la diferencia de casos activos en los últimos 14 días. Según el informe de Zona Sanitaria IV, pasamos de 408 casos activos, el 24 de marzo, a 358 en el día de ayer. Esta reducción de 60 casos activos nos aleja como comunidad de los índices propios del inicio de la segunda ola.

Sin embargo, evaluando sanitariamente la situación, con los bajos índices de contagios la cantidad de internaciones no deja de ser alta. En el día de ayer se notificaron 7 personas internadas en estado grave en al ciudad. Y este es el punto más preocupante, ya que dentro de la zona sur el desarrollo de las Unidades de Terapias intensivas (UTI) no tuvo mejoras ostensibles.

Como han repetido los responsables de la salud, no es tan relevante la cantidad de unidades como la del personal. De los 3 terapistas que había en la Clínica Chapelco cuando se inició la pandemia, este personal aumentó a 6, lo que es significativo proporcionalmente, pero sigue siendo escaso en cuanto a la cantidad internaciones. Por su parte, el hospital Ramón Carrillo inició la pandemia con 2 especialistas, y al día de hoy trabajan sólo 3 porque uno de ellos renunció recientemente.

Si, tal como se indica, la segunda ola intensifica la cantidad de contagios y de esto dependen las internaciones, el único aliciente que sostiene la esperanza de evitar un colapso sanitario es la vacunación. Y, aunque el trabajo en este sentido ha sido permanente, el porcentaje general sigue siendo bajo, y es un tema que vuelve a preocupar.

«Inexorablemente, la ola va a llegar» explicó Saloniti ayer y agregó: «Tenemos muchos días por delante para prepararnos, con la experiencia del 2020, para que esta segunda ola nos encuentre distintos en todos los temas», lo que parece una trabajo poco sencillo mientras siga sin resolverse un conflicto de hace más de un mes con el personal de la salud.